VIAJE A LA SELVA DE LOS JÍBAROS
ECUADOR

Texto y fotografías: Diego de Azqueta Bernar.©copyright Diego de Azqueta Bernar Publicado en: GACETA ILUSTRADA (Julio 1975). REVISTA NUEVO FUTURO. SOCIEDAD GEOGRÁFICA ESPAÑOLA

 Volver 



 

 

 

 

 

 

 

 

Entre el río Pastanza, el Amazonas cuando toma el nombre de Marañón, y la cordillera andina se extiende una vasta zona selvática que es el hábitat secular de los indios jíbaros de Ecuador. Diego de Azqueta, M.H. SGE, cuenta la experiencia vivida junto a ellos.
El camino está cortado a golpe de machete. A sus lados nace una exuberante selva tropical que impide la penetración de cualquier rayo de luz. Un recodo en "la trocha", y se abre un anfiteatro de gigantescos pambiles, rododendros y palmas. Al fondo, y escondidas en la oscuridad, se atisban las sombras de unas casas rodeadas de sendas empalizadas.

La puerta de madera de "chonta" se abre lentamente. Los ojos escondidos en la maraña de una larga melena nos escudriñan con recelo. La callosa mano y su "sinta" da calor a nuestros cuerpos mojados por la tormenta. Un poco de chicha reconforta mi sed... En el interior de la casa se abre el mundo mágico y maravilloso de los indios jíbaros del Ecuador. Entre el río Pastaza, el Amazonas ( Marañón) y la cordillera andina, se extiende una vasta zona selvática, que es el "hábitat " secular de los indios jíbaros del Ecuador.

Los primeros choques que tienen que mantener los jíbaros en su dilatada historia comienzan ya con el Imperio Inca, derrotando valientemente a los ejércitos del emperador Huaynacapac, quien desiste en su empeño de conquistarlos. Posteriormente, una expedición española capitaneada por Hernando de Benavente nos habla ya de unas aguerridas tribus de ferocidad y saña incalculables. Desde estos momentos, la historia de la colonia en el territorio de los Shuar se ve constantemente salpicada de luchas sangrientas en las que el denuedo, la valentía y la estrategia de los Shuar permiten que despectivamente se hable de ellos como de un pueblo "infiel" de muy difícil cristianización.

Muchos de los núcleos establecidos por los conquistadores españoles son centros de expansión comercial entre la cordillera andina y la selva, tal es el caso de Sevilla del Oro, Logroño y Valladolid. Asimismo, y con el curso de los tiempos, muchas de estas poblaciones son reconquistadas por los jíbaros, cerrándose otra vez la selva sobre ellas.

Exactamente desde 1599 hasta mediados del siglo XIX el corazón de la selva amazónica guarda el misterioso mundo de los jíbaros virgen de todo contacto con los blancos. Solamente consta la entrada de algún misionero o de aventureros buscadores de "El Dorado".

En los albores del siglo XX comienza de nuevo la actividad misional de los Jesuitas, que en 1780 fundan Macas y Gualaquiza, al sur del río Zamora. Durante la década de 1880 la misión de Macas empieza a recibir la visita de colonos Quechua parlantes y mestizos, así como de "seringueiros", buscadores de caucho. De esta guisa se va convirtiendo en un centro de relativa importancia comercial donde el tráfico de machetes y armas de fuego con los Shuar permite que el blanco viva con una cierta estabilidad política. En 1914 y 1924 los Salesianos se adentran en la zona creando los centros misionales de Méndez y río Upano.

El "boom" del oro alcanza su cota más alta en 1937, momento en que la región comienza a ser invadida por aventureros que "lavan" oro en las riberas de los ríos Paute, Zamora y Upano. Sin embargo, la progresiva escalada en el armamento, normalmente vendido por contrabandistas peruanos, permite a los Shuar defenderse, delimitando con bastante exactitud sus territorios.

Durante esta época los crecientes contactos con el blanco van produciendo entre la población Shuar un sinnúmero de enfermedades contagiosas que sus cuerpos no están acostumbrados a soportar: la gripe, la tuberculosis y las infecciones intestinales comienzan a minar a los grupos que lindan con el mundo exterior. Sin embargo, en el corazón de la selva amazónica, en las orillas de los ríos Makuma, Wichimi y Cangaiumi, entre otros, la presencia devastadora del blanco no se deja sentir todavía.

EL RITUAL DE LA CERVEZA

El epicentro de la vida del Shuar es la casa, "Jea", ocupada por una familia extendida, donde el régimen polígamo permite contar a más de 30 personas para comer cada día. La casa, con techo a dos aguas "tere" de palma trenzada (kampanalka), está sólidamente basada en nueve troncos verticales "pau" que permiten sujetar el peso de la inmensa techumbre. La ausencia total de paredes permite que el aire refresque constantemente el interior del hogar alejando los olores de los distintos fuegos allí dispuestos.

Cuando los Shuar están en guerra acostumbran a rodear sus casa de fuertes empalizadas de "chonta" que les protegen de los traidores ataques enemigos.

Las casas se habitan de 5 a 9 años y la muerte del padre produce instantáneamente el abandono de la vivienda, construyéndose muchas veces la nueva a pocos metros de allí. El interior de la vivienda se divide en dos partes: Tanamäsa, o zona destinada a los varones, y Ekenta, área reservada a las mujeres.

El visitante es acogido con calor y obsequiado inmediatamente con chicha, fermento de mandioca producido a partir de la saliva de la mujer y de la progresiva licuación del brebaje.

En la puerta está Mukumbio, un fornido shuar de edad indescifrable. Nos sonríe. Mira con detenimiento mi cámara fotográfica, y grita excitado cuando se enciende el flash. Habla rápidamente y a gritos. Enseguida nos obsequia con un pote de "chicha", que contiene 500 calorías. Pocos minutos más tarde pronunciamos solemnemente la mágica palabra "Pei" -quiero más- comenzando el complicadísimo rito de la "chicha", en el que la mujer permanece constantemente a nuestro lado. Cada sorbo de esta deliciosa cerveza implica un ritual de ofrecimiento y denegación ("Máke-té").

Muchas veces los visitantes ilustres deben denegar los ofrecimientos de la mujer durante eternos minutos.

La oscuridad de la vivienda no nos impide ver como las dos mujeres de Mukumbio mastican cada vez con mayor denuedo la yuca (mandioca), rivalizando mutuamente en la preparación de la "chicha" que más tarde probaremos.

La casa está rodeada de una "chakra" o huerta , donde crecen los bananos, "el Mani", las papayas y las yucas. Cada mañana las mujeres recogen los frutos llevándolos en cestos de mimbre "chankin"sobre sus cabezas y cerrando a continuación la empalizada. Mientras una mujer prepara la comida, la otra limpia la casa con una escoba "hapimuk", un tipo especial de palma.

Hay tantos hogares como familias conviven en el interior de la vivienda y aquí en la casa de Mukumbo están los de sus hijos, Petsen y Waikia.

El aspecto de la casa que habita Mukumbio revela su fama y su ilustre rango de fuerte guerrero, poseedor de una "Arutam-Vaikía" o alma inmortal y de un gran poder personal, "kakorma". Su proyección, solidez y amplitud le hacen merecer este catalogamiento por parte de todos los habitantes de la zona, y desde el río Makuma la gente nos viene hablando de él.

 

ESPÍRITUS

Cada mañana, exactamente a las 02,00 a.m., se levanta toda la familia y beben una infusión de plantas que les hará vomitar repetidas veces.

Los miembros de la familia, incluidos los nietos y bisnietos de Mukumbio, vomitan en el exterior de la casa.

Los hogares se comienzan a avivar y el grupo se suma en un estado de esotérica espiritualidad en el que el padre explica los sueños de la noche, adoctrinando a la prole en los lares familiares y en todos los espíritus que determinan la filosofía animista del "Shuar" y del "Achuara". Los mitos y la historia sagrada de los orígenes proporcionan el arquetipo de la vida.

"Tsunki", el señor de los ríos; "Etsa",el espíritu de la selva; "Ayampúm", el fuerte "guerrero; "Iwianchi",el espíritu maligno antropófago, se aparecen frente a los adormecidos ojos de los niños y mayores.

Nostálgicas canciones "hansematüs" o "Namtepass" rasgan la oscuridad de la noche mezclándose con el constante chillido de los vampiros.

Las notas de las flautas "Pinkiui", "Peem" y "Yakuch" se funden con los sordos golpes de tambores "Tampur" y "Tuntui".

En estas horas de la madrugada las mujeres tejen sus "sintas", cordones que anudados en los tobillos y muñecas se utilizan como representación del "Arutom", que da la paz a los "Shuar" y "Achuara".

La "chicha" corre constantemente entre los miembros de la familia y una y otra vez se vacían los potes. La tenue luz del copal da a toda la escena un tono fantasmagórico. Entonces, las mujeres sirven el desayuno consistente en mandioca cocida y en carne de "sajino" -"pecari" y de tapir.

UTENSILIOS

Sin ninguna duda el principal instrumento de los Shuar es el machete, con el que realizan todas las faenas. Este machete se consigue a través del comercio y trueque de pieles con los comerciantes.

En el río Makuma, en la frontera de los territorios Shuar y Achuara hay un renombrado traficante de machetes que utiliza sus dotes de "chaman" o curandero para este lucrativo oficio de mediador.

El "hapa-macit" -querido machete- es el acompañante del jíbaro en todos sus desplazamientos y, junto con su carabina, define su alma guerrera.

La finísima cerámica que confeccionan los Shaur se realiza con parte de silicio y óxido de aluminio mezclado con arena y cenizas de corteza de Apachiran. Cuando las vasijas están secas se ahuman con cuidado y se pintan con polvos de "pura" y "achiote" (Bixa-Tana) con un pincel de cabellos humanos. Luego se procede a la cocción que debe realizarse a 400 grados centígrados y siempre en fuegos abiertos. Cuando la vasija está caliente se encharola su interior con "kantsé" o"secat "

El recipiente principal es el "unamuk", en el que se bebe la "chicha". El "pinink" es el plato que se utiliza para comer y el "muits" es otro recipiente de fermentación de la "chicha". Finalmente con el "Ichinkian" se ingiere zumo de tabaco en las celebraciones.

Existen tres tipos distintos de cestos, uno destinado a la comida "chankin", otro especial para el pescado "chic" y otro para transportar los enseres particulares "pitiak". Este último está impermeabilizado con hojas de banano.

RELACIONES SOCIALES

Cada familia vive independientemente en una vivienda normalmente alejada de las demás. Sin embargo, algunas veces se reúnen dos o tres viviendas de consanguíneos cercanos. La calificación de cada grupo responde a la ubicación de su vivienda: así los "Niawa suara", shuaras del río Jaguar o los "Kanaim suara", Shuaras del río Canami.

El sistema familiar es polígamo y la preferencia por una o varias mujeres se debe a la alta mortandad infantil y a la necesidad de un gran número de hijos continuadores de la familia.

MATRIMONIO

La demanda de mujeres como elemento económico productor de comida y "chicha" hace que los formalismos del matrimonio se realicen no sin ciertos miramientos a los beneficios que se vaya a sacar de ellos. La extensión de lazos de amistad, la presión política y la necesidad de restablecer una paz entre dos grupos secularmente en guerra son las causas más frecuentes de estos matrimonios entre primos cruzados, exclusivamente organizados por los padres. El sororato o matrimonio entre un varón y todas sus primas cruzadas (hermanas entre sí ) es bastante común.

Antes de la pubertad la mujer tiene ya su marido que ha debido mostrar al padre las dotes de cazador y guerrero. De todas formas, no es raro el que durante un periodo de tiempo tenga que trabajar y cazar para él como un precio a pagar por la mujer. La novia debe sentarse junto al solicitante y comer de su comida. Cuando la mujer está embarazada suele practicar la geofagia y cinco días antes del embarazo debe abstenerse de comer ciertas aves. Durante la luna llena es el blanco de todas las picaduras venenosas, por lo que se abstiene de ausentarse de casa. El marido la ayuda en el parto y observa ciertas restricciones alimenticias para proteger al niño de los malos espíritus. Le hace ingerir un alucinógeno "tsëntsema" cuyos efectos le permitirán tener un primer contacto con "Arutam", el alma espiritual shuar. El infanticidio se realiza siempre que los niños son deformes o débiles. La educación del niño es severa y se le impide jugar para que en su trabajo de mayor no desarrolle actividades ociosas.

ALUCINÓGENOS

Cuando un niño es rebelde y protesta contra la autoridad paterna se le hace beber el "Maikua" -Datura Arborea-, alucinógeno que le permitirá adentrarse en el mundo de la auténtica verdad.

El consumo de alucinógenos es común en el grupo y siempre que hay que tomar una decisión importante o buscar la fehaciente dimensión de una verdad, se acudirá a la droga, normalmente Ayahuasca-Banisteropsis caapi-. Así se manipularán las fuerzas paranormales y se establecerá un equilibrio perdido.

La preparación de las niñas en el consumo de los alucinógenos concluye en el "Uci Auk", celebración que consiste en hacer beber el "tsëntsema" a un grupo de niñas de 10 ó 12 años para que tengan visiones y contactos con los espíritus del bosque.

Cuando el oven shuar va haciéndose un hombre es acompañado de su padre a una cascada próxima donde ingerirá la Ayahuasca, "Nätema", tocando el agua con los dedos y explotando Arutan en cientos de formas distintas.

Cuando el niño tiene ya 16 años acude al bosque, mata un mono y reduce su cabeza "tsantsa" por el procedimiento ancestral de los Shuar. Entonces se puede decir que se integra en el grupo como un hombre más, poseedor del "Arutam Waikia"-alma inmortal-. Su estado es el de "Tsankram".

En la actualidad no consta la reducción de ninguna cabeza humana. Los datos más recientes se remontan a 1970 en que se realizó una caza de cabezas obteniéndose algunas "tsantsa".

FIESTA

Las relaciones sociales son muy comunes entre los jóvenes que visitan las casas de sus primas cruzadas "wake" buscando esposas o bien simples relaciones extramaritales que pueden concluir en raptos de mujeres, una de las causas más extendidas de la guerra shuar.

Las fiestas entre grupos vecinales se organizan con motivo de los matrimonios, de la culebra (rito de liberación y curación de los venenos ofídicos ) de la celebración de la chonta (rito de la fecundidad ) o simplemente porque el anfitrión quiere invitar a sus vecinos. Para ello y con antelación se preparan grandes cantidades de comida. La fiesta comienza con cánticos y toques de flauta y bailes mixtos.

HECHICERO

Cada grupo cuenta entre sus vecinos con uno o dos shamanes importantes y algún guerrero famoso que, si bien no tienen ninguna autoridad legal sobre sus vecinos, representan una fuerza a la que muchas veces hay que acudir para apoyarse. Mukumbio es una "ünta"-grande- porque no hace mucho tiempo fue renombrado cazador de cabezas en la zona. Hoy en día, sin embargo, el título de Kakaram se reserva a los shamanes, quienes juegan un importantísimo papel en la comunidad.

Los hechiceros, shamanes, manipuladores del mundo de los espíritus shuaras y achuaras son, generalmente, los miembros más ricos e influyentes de la comunidad.

La clarividencia que les otorga el alucinógeno Ayahuasca "Antena"-"Banisteropsis Acaapi"-, les permite extirpar las flechas mágicas que otro shaman clavó en el infortunado paciente.

La manipulación de los poderes extrasensoriales del shaman se realiza fundamentalmente con la teoría de los "tsentsaks", espíritus protectores que solamente obedecen a los shamanes bajo los efectos de la droga.

El poder de los dardos mágicos es tal que por su causa se producen gran cantidad de guerras.

El carisma que el shaman representa en la comunidad termina con su muerte por los grupos enemigos, exhortados por otro shaman. De esta guisa el "brujo" recibe un considerable prestigio social y una cierta autoridad política.

GUERRAS

La aplicación de una sanción vengativa ocasiona largos años de confrontaciones entre los distintos grupos, originando un constante estado de guerra en el que cualquiera de ellos presiente el ataque enemigo. Las armas en la mano y las empalizadas son la señal más fehacientes de este estado de guerra continua. Las alianzas familiares se duplican, realizándose matrimonios y fiestas que estrechan lazos perdidos por ofensas pasadas. El grupo que hechizó, envenenó o robó alguna mujer se prepara para el ataque enemigo, que puede ocasionarse en cualquier momento. Tres días de marcha La confrontación de los Shuar con Occidente está carcomiendo su cultura. Actualmente son los Achuaras quienes más conservan su cultura autónoma tradicional. Su belicosidad histórica ha hecho que muchas manifestaciones de su cultura formal se hayan ido perdiendo, supeditadas al enorme peso de la labor guerrera que, hoy en día, les ocupa por completo.

En este sentido es loable la labor que está realizando un joven misionero seglar catalán, José Arnalot, o "Chuintiai" (Saeta que brillas en el firmamento) como le llaman los indios, en el poblado achuara de Wichimi, y un salesiano italiano, Luigi Bolla o "Yomguan" (Valiente guerrero), dos occidentales asimilados por completo a la cultura Achuara como única medida posible al intercambio contacto con la sociedad occidental.

Cuando salimos de Wichimi dejamos atrás un mundo de hombres libres que seguramente mañana no lo serán. Guardo en mi muñeca una "sinta", regalo de paz de un belicoso pueblo que la consiguió...

Ahora no cabe más que mirar hacia delante y correr durante interminables horas a través de esta "trocha" salpicada de lodo, insectos y calor, tras tres días de marcha, a la incipiente civilización que representan los 1500 militares y colonos de Taisha.

Diego de Azqueta Bernar