Posiblemente, el título de este artículo podrá extrañar al lector: ¿Que relación tiene el Banco Mundial con un obispo y con los caníbales? Muy sencillo, la relación se llama las culturas minoritarias indígenas en el mundo, y entre ellos, la más recientemente famosa de los indios waoroni-aucas del Ecuador.
Para ellos, tanto los intereses de las dieciocho compañías petrolíferas que invaden su territorio como la labor de los misioneros termina siempre con el genocidio físico social y cultural de su pueblo. Por eso temen al hombre blanco, y a los extranjeros blancos les llaman "cowode" -caníbales-, los que comen a sus semejantes...
No nos debe extrañar que estos indios tilden de "caníbales" a los blancos, y no es un ejemplo de ignorancia cultural o de dificultad de comprensión, puesto que los 700 últimos waoronis que quedan saben que uno de cada cuatro indios de su raza ha perecido por disparos en los pasados años a manos de los blancos caníbales que invadían sus territorios y que robaban y comían las almas de sus antepasados.
Por esa razón, el 21 de julio de 1987, los waoronis mataban al obispo capuchino español Alejandro Labaca, en compañía de la monja Inés Arango. Sin saberlo, los waoronis acababan de matar a su mas fiel defensor; con el padre Alejandro se moría la última voz de "los sin voz", como el gustaba de llamar a los indios waoronis.
La muerte de este colaborador de Survival Internacional España llevó de nuevo a la opinión pública mundial los problemas de los indios, que se debatieron con pasión en todos los foros internacionales. Hoy, unos meses después, se ha vuelto a terminar la historia de "los sin voz", los indios de todo el mundo, y mientras tanto, en los luga res más recónditos del planeta, nosotros, la sociedad occidental, continúa contribuyendo a la muerte y destrucción de las últimas culturas distintas a nosotros: sociedades que nos pueden enseñar mucho en la administración de recursos limitados, en hábitats silvícolas o desiertos de todo el mundo, están pereciendo a manos de intereses particulares, y lo que es más grave, a manos de programas de desarrollo internacionales mal planteados y que no tienen en cuenta la ecología o la protección de la vida de las sociedades que ellos pretenden salvar del subdesarrollo.
El Banco Mundial, banco que engloba a todos los países ricos del mundo, a todo occidente, financia programas que perjudican y acaban en muchos casos con las culturas de grupos minoritarios que también pertenecen al mundo de los accionistas del banco, al menos al planeta tierra.
El Banco Mundial está financiando el proyecto Polo Noroeste del Brasil, ocasionando indirectamente graves problemas a los indios de la zona que va a ser desarrollada; culturas de indios Nambiguaras, cintos largos, survi, kayapos etc, están teniendo gravísimos problemas, y no será extraño que sean indirecta o directamente exterminados, como en los casos de los Ken Akaore, que sólo en 23 meses pasaron de un número de 350 indios a 79.
El proyecto Corazón Grande, un masivo programa agro-industrial, financiado asimismo por el Banco Mundial, pone en peligro la vida de 13.000 indios.
En la India, el Banco Mundial está financiando el programa del valle del río Normada, que inundará las tierras de un millones de personas pertenecientes a grupos indígenas tribales, a través de 30 represas distintas.
En Botswania, el programa del Banco Mundial de implantación ganadera ocasiona problemas gravísimos a los "bushmen", que dependen de la caza, que está siendo acabada.
En Indonesia, el Banco Mundial está financiando el programa de trasmigración, que consiste en el recolocación de millones de habitantes de Java y Madera en tierras mas pobre pertenecientes a grupos tribales que tienen que huir a otras tierras acabando así su sistema de vida secular y su identidad cultural.
Son muchos los ejemplos de programas financiados por la comunidad internacional en el tercer mundo que fracasan en sus objetivos, y además no incluyen entre sus costes los enormes problemas sociales, culturales y humanos que originan a las minorías tribales de estos países.
Por esa razón, desde hace unos años. Survival Internacional ha estado presionando con su "lobby" al Banco y a sus consejeros, para que consideren la financiación de programas de desarrollo también a la luz de criterios de preservación del medio natural y de las sociedades tribales que viven secularmente integradas en ese medio, con una perfecta utilización de los recursos naturales.
El presidente del Banco, Barber Conable ha reconocido recientemente, por primera vez en su historia, los enormes errores cometidos con la destrucción del medio ambiente, y de los recursos humanos y naturales de las zonas donde ha actuado el Banco, y ha presentado por primera vez e 10 de Abril de 1987, un documento titulado “medio ambiente, crecimiento y desarrollo".
En este documento, el Banco Mundial señala, que creará un departamento del Medio Ambiente, integrado por cuarenta personas, y, por primera vez, gracias a las campañas de Survival Internacional, y de otros grupos de presión internacionales, se vislumbra que la política de financiación del banco podrá considerar los importantísimos efectos que sobre la cultura y el medio ambiente tienen los programas de esta importante institución internacional.
Cuando Cabral llegó al Brasil, había 4 millones de indios; hoy solamente quedan 120.000, y sus tierras están siendo invadidas por toda suerte de intereses. Este es un ejemplo ya tópico para algunos de los muchos que podríamos elegir al azar en todo el mundo.
Esperemos que, al menos, los intereses de la comunidad internacional representados en el Banco Mundial, respeten el medio ambiente y los derechos de los grupos minoritarios, y que todos los indígenas del mundo no se tengan que defender de los "caníbales" blancos con sus arcos y flechas primitivos, en un desesperado intento de preservar su libertad.
Cuando estamos en los albores del siglo XXI, la humanidad debería de aprender a que la historia no se repita y terminemos con todos aquellos grupos indígenas a los que no queremos comprender.