VIAJE AL ALTO XINGÚ, BRASIL

Texto y fotografÍas: Diego de Azqueta Bernar.©copyright Diego de Azqueta Bernar

Publicado en Revista Periplo

















KAMAYURAS: REDESCUBIERTA DEL INDIO AMAZÓNICO

"Mavutsinin quería, que os seus mortos voltassem a vida. Foi para o mato, cortou tres toros de madera de kuarup, levoú para a aldeia e os pintou. Despois de pintar adornou ospous com penachos e colores. Na mesma ocasión levou para o meio da aldeiapeixes e beijou. Os maracaep (músicos) cantavam sin cessar emfrente dos kuarup, cbamandoos a vida... Nos dilfm os Indios, somos os netos do filho M.avutsinin"

Mito Kamayura de la Fiesta de los Muertos. Recogido por Orlando y Claudio Villas Boas en su obra "Xingu: Os Indios, Seus Mitos".

 

La fila india se mueve rápida en la selva. Los cuerpos ágiles, musculosos y desnudos de ochenta pieles cobrizas saltan en el mato. Niños, mujeres y hombres, cargados de cestas y armados de arcos y flechas corren sigilosos en la trocha.

Entre ellos, cargado con mi hamaca, con una bolsa de fotografía y un machete, no es difícil distinguir a Maduraba, un caraiba (blanco) que acaba de ser instituido hechicero local. Los dos indios que me preceden son los guías de esta larga comitiva de Kamayuras que se dirige alegre a pescar. Durante 5 días permaneceremos en el corazón de la selva procurando pesca para la gran Fiesta del Kuarup que se desarrollará dentro de una semana... Detrás queda la aldea y 22 días de convivencia y experiencias con una de las tribus más interesantes de todo el Alto Xingu: Los Kamayuras...

HABITAT Y LOCALIZACION GEOGRÁFICA

Los Kamayura integran una de las once tribus amigas del Alto Xingu, afluente del Amazonas, cuyas fuentes nacen en el corazón geográfico del estado brasileño del Mato Grosso, donde ahora me encuentro. La región del Alto Xingu, tiene un área aproximada de 200.000 kilómetros cuadrados y está comprendida entre los paralelos 10 y 14. Está cortada al sur por los afluentes principales del Xingu: el Kulvene, Ronuro y Batovi, y al norte por el mismo Xingu y sus afluentes Suia-Missú y Maritsauá-Missú.

Toda la configuración de esta zona, constituye en su delimitación físico-fitogeográfíca, una extensa planicie de aspecto casi enteramente amazónico con claros intermitentes de denso y tupido arbustaje. Parece que el primero que visitó la región fue el explorador alemán Kari Van Steinen, quien ya en 1877 nos da la descripción etnográfica más completa que tenemos, calculando un número aproximado de 3.000 indios en la zona. Desde entonces y hasta la llegada de los legendarios hermanos Villas Boas, pocos cambios se produjeron en la región. Todavía hoy, casi treinta años después, sólo se aprecian cambios superficiales en las culturas indígenas de la zona.

La población actual se calcula en 800 habitantes sin contar entre ellos a los grupos Txikaos, Agovotogueng, Suia, Juruna, Avaicú y Txcurramaes a los que secularmente se les viene considerando como tribus enemigas. Estos 800 individuos integran once tribus que se desperdigan al sur y al norte del Parque Nacional de Xingú, recientemente creado, y de las que podemos hablar con casi una total homogeneidad debido a la interacción comercial y aculturación intertribal que desde antaño vienen sufriendo. Estas son: Kalapálos, Kuikurós, Nafuguás, Matipú, Aaipátsé, Meinaco, Waurá, Lavalapití, Avetí, Trumai y Kamayurá. Además de alguna lengua aislada hablada por grupos, hoy casi totalmente en extinción, como son los Trumai, podemos encontrar entre estas tribus las cuatro familias lingüísticas más importantes de toda Amazonia: el Tupí, el Karibe, el Arawak y el Macrojé

Al norte del Parque se encuentran las tribus hostiles, hoy pacificadas, gracias a la labor abnegada y peligrosa de Orlando, Claudio y Leonardo Villas Boas. Desde mis primeros contactos con Amazonia en julio y agosto del 74 en que visité a indios Jíbaros, Colorados, Sionas, Secoyas y Cofanes, estaba interesado en conocer esta apasionante región de alto valor y gran interés etnográfico. Gracias a la colaboración prestada por FUNAI -Fundacao Nacional do Indio- y por las Líneas Aéreas Brasileñas, he podido realizar esta expedición, que por sus peculiares características, decidí emprender en solitario. Hoy, tengo el inmenso honor y satisfacción de poder relatar todas las experiencias y documentación recogida en aquel trabajo de campo. El grupo elegido para la realización de mi convivencia y la elaboración de mi reportaje es el Kamayura; uno de los más numerosos y de más interés cultural y etnográfico, debido a la festividad del culto a los muertos o Kuarup, que precisamente se celebró en esta época seca de julio y agosto.

EL GRUPO DOMESTICO. FORMAS DE RECLUTAMIENTO:

NACIMIENTO, MATRIMONIO, ADOPCIÓN

Una gran senda abierta en la selva, deja entrever al fondo, un claro que esconde nueve grandes habitaciones ovoidales enteramente cubiertas de hoja de palma. Las viviendas están situadas circularmente, alrededor de una central, donde charla un grupo de hombres completamente desnudos. Sus cuerpos están embadurnados de grasa de piqui, y profusamente decorados de negro con la fruta del empapo, sus cabezas están cubiertas del fuerte colorido emanado del urocú, la semilla de la Bixa orellana. Al fondo de la aldea un camino conduce a un gran lago donde unos niños están desembarcando los grandes tukunarés (pescado amazónico). A la izquierda una mujer ralla el pan de beijií, especie de barquillo realizado con mandioca. La tercera casa tiene la puerta cerrada protegiendo el interior del fuerte sol y calor, que, a esta hora del mediodía, cae contundentemente sobre mi sombrero de paja. Me introduzco. En su interior, Takumá, el jefe de los indios Kamayura del río Xingú, me tiende la mano, esperando los anzuelos, navajas y tijeras que le he traído del Posto Leonardo Villas Boas de FUNAI; una vez debidamente ordenados en la bolsa de piel de macaco donde guarda sus tesoros, me da la bienvenida y grita alborozado: ¡Bom día "Makuraba"!... En el interior de la gran habitación, ecos sordos de niños y mayores contestan al saludo... ¡Ha llegado Makuraba!...

La organización social de los 20 Kamayuras que integran la tribu se basa en la familia. En términos de filiación, podemos decir que cada individuo pertenece a dos grupos de origen: el de su padre y el de su madre. En términos de residencia debemos hablar, sin embargo, de una virilocalidad definitiva después de un corto período de uxorolocalidad, que se da cuando el marido pertenece a la categoría de los jefes (morerekuat).

Un principio de reclutamiento de los miembros del grupo doméstico es el matrimonio, que se origina preferiblemente entre primos cruzados, si bien esta forma no es absolutamente obligatoria ya que hemos podido observar casos de matrimonio avuncular. El régimen matrimonial es casi exclusivamente monógamo, pero, sin embargo, hay casos de poligamia y poliginia sororal. Por otro lado en lo que respecta a los segundos casamientos originados por muerte, la práctica más común es la del levirato, es decir, que al morir el marido, la viuda y los niños pasan al cuidado de su hermano mayor. Esto se puede observar en la vida diaria en que incluso viviendo los cónyuges, los cuñados se tratan entre sí de yeyvet, haciendo relación a su potencial relación conyugal. Debemos decir también que existe el casamiento intertribal y que la relación amistosa entre los distintos grupos vecinos se basa en estos matrimonios, además de en el complejo sistema de intercambios comerciales. La elección del cónyuge en el matrimonio recae normalmente en el padre o en el hermano mayor. Una vez contraído el matrimonio, el joven Kamayura tendrá un período de prueba en que pescará y trabajará para su suegro. Otro elemento importante que debemos tener en cuenta en estos matrimonios, son las negociaciones de trueque, que consisten en el intercambio de mercancías en orden a consolidar sus lazos. Los jefes de cada grupo doméstico se entregan sendos regalos, que robustecen sus distintas economías y afianzan su posición privilegiada en la familia. Cuando el matrimonio (apitahók), se solemniza en la Fiesta del Kuarup, los hombres van a vivir a casa de su tío materno (suegro), que casi siempre es un Kamayura. Otra forma de reclutamiento de los miembros del grupo doméstico es la adopción, realizada gracias a los robos en las tribus vecinas (Van den Steinen y Galvad nos refieren algunos casos en 1952). Sin embargo, hoy en día este sistema de reclutamiento casi no se da. En la tribu existía un hombre, que a pesar de su mínima capacidad para el desenvolvimiento colectivo, no había sido adoptado por ninguna familia nuclear.

FUENTES DE PRESTIGIO:

EL LUCHADOR. EL SHAMAN. EL JEFE

El sistema político de los Kamayura se basa en dos instituciones interrelacionadas por un pacto, recibido de una tradición milenaria: El Jefe y la Comunidad de los Fumantes. La jefatura de la tribu es una institución más bien elástica y siempre atribuida a alguno de los Morerekuat o jefes de cada casa.

El jefe de la tribu, Takumá, goza de un prestigio propio adquirido en base al status de ser el mejor pahé o shaman (curandero) y el mejor luchador en las confrontaciones del Huka-Huka (pelea nacional). Así, por ejemplo, la sucesión de padres a hijos en el ejercicio de la jefatura, se origina siempre que el hijo tenga ya el prestígio social necesario para ser investido jefe. Yo mismo pude observar que en el caso de Kotop, hijo de Takumá, la sucesión iba a plantear un problema difícil, pues su descrédito social comenzaba en su fisonomía rolliza y campechana y terminaba en su absoluta falta de personalidad. En este caso, la sucesión se transmitiría seguramente de una forma patrilateral, a uno de los prestigiosos hermanos de Takumá. En todo caso, para que esta transmisión de poder sea efectiva se exige una madurez sexual, que implica la adquisición de una autonomía individual que Kotop no tenía. Por esta razón, la actividad sexual parece ser el punto de partida para la obtención de la jefatura que deberá desenvolverse en dos niveles, uno como padre y otro como marido.

La sucesión de un jefe representa, pues, una ocasión virtual de conflicto entre ciertos parientes masculinos próximos, sus hijos y sus hermanos consanguíneos. Este proceso de fluctuación de miembros de los diversos grupos domésticos, debe ser entendido, a mi parecer, como una consecuencia del proceso cíclico de dispersión residencial ocasionado por el crecimiento y por la decadencia de la familia procreadora de cada jefe.

Antes me referí sucintamente a la adquisición del status de jefe como una suma de distintos factores, que a mi entender se originan de alguna de estas fuentes de prestigio social o de la combinación de ellas: la lucha de la juventud, la captación del mundo espiritual en la madurez y la generosidad y habilidad política en la vejez.

La lucha es una valorización positiva de las relaciones de un hombre con el mundo de fuera, en cuanto posibilitan al joven luchador (entre 18 y 25 años aproximadamente) a romper ceremonialmente el cuadro rígido de sus atribuciones tribales emanadas de sus condicionantes de edad, sexo (reclusión pubertaria) y parentesco. El momento decisivo para la consolidación del status, se realiza con ocasión de las grandes ceremonias de Kuarup o Jaudri, en las que, junto al grupo Kamayura se congregan los representantes de otras tribus, frente a los cuales el individuo suspende ciertas determinaciones de su tradición tribal, obteniendo una consagración ritual como luchador y excepcionalmente como Shamán. Así en las sesiones rituales de cura intertribal, Takumá ha adquirido un renombrado prestigio de pahé o Shamán del que orgullosamente se vanagloria cuando le pregunto acerca de su riqueza. Entonces me contesta que tiene 2 collares de concha, una carabina, 4 arcos, y un gran collar de garras de onca (leopardo) además de un sinnúmero de anzuelos, tijeras y navajas; todo ello debido a las curaciones que realiza. Sin embargo Kotop, el torpe Kotop, el pobre Kotop no desarrolla ninguna habilidad en el Huka-Huka (lucha) a pesar de que durante toda su reclusión pubertaria recibió consejos y aprendió ardides del luchador más sagaz y hábil de la tribu, su padre Takumá.

Así cuando el Consejo de los Jefes (la Comunidad de los Fumantes) tiene que elegir un nuevo líder, debe reiterar esa asociación entre fuerza física y fuerza espiritual, clave del éxito de la lucha: vencer en el Huka-Huka, evidencia la observación adecuada de ciertas prescripciones y abstenciones, vinculadas principalmente al sexo y a la alimentación. El haber sabido respetar estas obligaciones y dietas, implica una madurez social que por ejemplo perdió Aritana (el joven Jefe de los Iwaiaupitis, cuando fue vencido en la lucha). Pregunté el "porqué" de esta derrota y me explicaron que Aritana no había observado la abstinencia sexual previa a todo Kuarup ni tampoco había cumplido las normas tradicionales que desde antaño vienen obligados a respetar los luchadores.

Desde el punto de vista de las relaciones con lo sobrenatural, el joven rompe sus atribuciones de edad y parentesco con la visión de los espíritus (Mamae) que con motivo de alguna enfermedad se le permite percibir. Adquiere entonces su status de pahé, mediador entre las fuerzas de la naturaleza y las leyes zoológicas de la tribu. Normalmente estas visiones se realizan en los momentos de grave enfermedad del individuo que casi siempre son en la madurez. De esta forma, la iniciación Shamanística se desarrolla en la senectud y esto se corrobora con la casi total inexistencia de Shamanes jóvenes.

A este respecto merece el destacarse que mi institución como curandero nunca llegó a ser la de pahé -grado más desarrollado de percepción extrasensorial- sino que únicamente los indios se beneficiaban de los "remedios" que yo les podía suministrar desde "el cuerno de la abundancia" que para ellos representaba mi mochila, presumiblemente repleta de regalos y tesoros, que nunca podrían adquirir en su intercambio comercial, que aliviaban sus dolencias y alguna que otra herida. Un famoso Shamán es aquel que tiene contacto con los espíritus y puede llamarlos con el tabaco, para que le ayuden a extirpar un mal causado por otros espíritus. Por esta razón, el pahé más importante, será quien proteja la tribu con un armazón de espíritus amigos, que siempre estarán dispuestos a colaborar con él.

Finalmente, otra fuente de adquisición del prestigio se basa en la ampliación de la red de relaciones sociales del Kamayura con el mundo de fuera... En el caso de Takumá este fenómeno se ve corroborado, ya que su conocimiento espacial, es sin duda, el más extenso de su tribu.

Resumiendo pues este importante punto, diremos que las luchas deportivas intertribales representan formas de afirmación individual y tribal mientras que las curaciones intertribales representan formas de afirmación individual, basadas en la fuerza sobrenatural derivada de la lucha que se realiza entre los Mamae -espíritus de los distintos pahés Shamánes-. El Jefe es así el sintetizador de las cualidades sociales más importantes, que lo hacen aparecer, subconscientemente, como un símbolo de la perfecta humanidad Kamayura, debido a su gran capacidad de trabajo, ascendencia pura (pertenece a familia directa o indirecta de jefes -Morerekuat- anteriores), desempeño superior de actividades socialmente valorizadas, como es la lucha Huka-Huka o el Javarí, y gran líder ceremonial como pahé. A estas cualidades sumaremos el poder de persuasión, la habilidad política y la generosidad. Esta última cualidad la aprecié muy acentuada en Takumá desde el primer día de mi llegada, cuando compartió todos mis regalos con los demás hombres de la tribu. El último día de mi estancia en la aldea, finalizada la fiesta de los muertos, atendiendo a los ruegos de otros jefes de tribus vecinas, que por ser más pobres requerían de él presentes como anzuelos o cuchillos, no dudó en pedirme algún presente, para que yo, su invitado, participara también de su generosidad de jefe, entregándoselo a los otros.

LAS ACTIVIDADES DEL GRUPO DOMESTICO:

LA PRODUCCIÓN Y COOPERACIÓN

Las notas más representativas de la producción Kamayura, son la cooperación y la división sexual del trabajo.

La cooperación de los miembros de la tribu, se basa en los vínculos consanguíneos y en la necesidad. La tala y la quema de la selva requiere la participación de un gran número de elementos productivos. La plantación de las rocas (huertas), la pesca colectiva y la construcción de los malocas (casas), son actividades que requieren de la participación toda la tribu.

Las huertas de los Kamayuras están lejos de la aldea. Para acceder a ellas, el indio debe usar su piragua y remar durante más de veinte minutos. Las casas de la izquierda de la aldea tienen las huertas de la izquierda, las casas de la derecha tienen la parte derecha de las huertas. El tubérculo de la mandioca con el que las mujeres preparan el beijo, es sin duda el cultivo más generalizado.

Sin duda alguna, es la pesca la actividad que requiere más colaboración. En esta ocasión toda la tribu se desplaza por la selva hasta un pequeño lago, donde permanece 5 días. Allí, todos y cada uno de los presentes, comienzan a desarrollar una misión específica como miembros de un complicado engranaje de ingeniería. El día de nuestra llegada al lago, algunos hombres comenzaron a pescar para alimentar a la numerosa tropa que acampaba en la selva, mientras otros comenzaban a cortar árboles para emplear sus cortezas como fibras que se utilizarían para confeccionar esa enorme red, con la que finalmente cerrarían una parte del lago, aislándolo del exterior y acotando así la zona de la pesca. Para ello, todos los hombres iban provistos de largos arpones de caña, de arcos y flechas y algunos llevaban pequeñas redes o cestas donde, como ellos dicen, "los peces entran y no pueden salir". Más tarde el "Maestro de Ceremonias" o Dono da Fiesta introduce el veneno del timbó (abarbasco) causando la muerte de todos los peces allí congregados. Los hombres se introducen en el río, procurando evitar con sus largos arpones el contacto con las peligrosas rayas eléctricas que duermen en el fondo del río. De vez en cuando, en la línea del horizonte se percibe un chapuzón originado por la presencia de algún caimán despistado. La pesca casi siempre precede a las grandes ceremonias intertribales (curaciones, Javarí o Kuarup), ya que los peces son un elemento ceremonial más en el curso del rito. Normalmente se distribuyen por igual entre todos los participantes.

Las fronteras entre los territorios de una y otra tribu están implícitamente reconocidas por todos. Sin embargo, existen ciertas servidumbres impuestas en la soberanía de cada tribu como pueden ser los derechos de recoger huevos de tortuga o de aprovechar los árboles del piqui o del mangaba, que tienen los Kamayura, en la zona de Moseña donde tuvo lugar la creación mítica del mundo (confluencia del río Kuluene y Ronuro).

DIVISIÓN SEXUAL EN EL TRABAJO

La división sexual del trabajo es radical entre los Kamayura. Esta división llega a convertirse en discriminación para gran número de actividades como es la imposibilidad de acceso a la casa de los flautas -"el club"- que tienen las mujeres, la prohibición de ver las flautas, urud, etc...

La tala de la selva, el cultivo del tabaco, la fabricación de las sillas de mando y de las armas, la construcción de la canoa y de las viviendas, la pesca, la caza, la confección de las redes, la organización del ritual y la actividad política son actitudes atribuidas exclusivamente a los hombres. En cambio, el cultivo de la huerta, la recolección de los frutos, la elaboración del pan del beijí, y el trabajo del algodón son trabajos que realiza la mujer. Sin embargo, he tenido en este viaje la suerte de observar la preparación del pan del beijí a un grupo de hombres, en una ocasión excepcional. Esta violenta quiebra del principio de división sexual del trabajo sólo puede ser explicada, atendiendo al momento especial en que se desarrolló: se estaba celebrando la pintura y ornamentos de los troncos del Kuarup, cosa que las mujeres no pueden ver, y por otro lado existía una gran necesidad de pan de beijí, para los "stocks" destinados al consumo por los invitados, por lo que ni cortos ni perezosos un grupo de hombres continuó la labor abandonada por las mujeres pocos minutos atrás. Creo que es una excepción extraordinaria, pues la división sexual del trabajo es radical en todos los grupos indígenas visitados por mí en Amazonia y según creo, desconocida por completo para muchos estudiosos.

EL TRUEQUE

La especialización de las actividades económicas favorece los requisitos de un complejo sistema de trueque, que alcanza su grado más alto de desarrollo en el comercio intertribal. Los Kamayuras cambian sus arcos y sus flautas por la preciada cerámica de los Wauras, y por otro lado, en pago de sus actividades de cura intertribal, reciben collares de concha de río que los Kuikuros fabrican. Los momentos más propicios para estos intercambios comerciales son los de las grandes fiestas, cuando se invita a las tribus vecinas y se desarrollan todos los contactos. La especialización económica es el elemento que más acentúa la aculturación intertribal que se continúa ya desde el mito de la creación, en que Mavutsinim daba distintas mercaderías, a cada una de las tribus del Xingú, incluidos los blancos. Las operaciones de trueque reciben el nombre de Moítara y desgraciadamente hoy en día están desarrollándose sobre todo en el puesto de la F.A.B. Todos los bienes de la casa pertenecen al titular de la misma; es decir, el Jefe del grupo doméstico, normalmente el abuelo, es quien ejerce su tutela sobre ella.

LA SUPERACIÓN DEL NIVEL DOMÉSTICO POR LA RED DE RELACIONES CON LO SOBRENATURAL

A. Iniciación pubertaria.

Las relaciones entre el grupo doméstico y la tribu se caracterizan en ritos que van desde el ciclo de iniciación pubertaria hasta el Culto de los Muertos, pasando por el Consejo de los Fumantes, que cada noche se reúne en el centro de la aldea. La iniciación pubertaria comienza en los hombres a los 8 años, cuando sus parientes les perforan los lóbulos de las orejas con los incisivos del pez perro. Esta operación recibe el nombre de hakutuk. Es entonces cuando se desarrolla la danza del Okytuk, que, según Oberg, se acompaña del ofrecimiento ritual de comida a los invitados a la ceremonia.

Cuando el joven adquiere la madurez sexual, comienza su período de iniciación pubertaria que se desarrolla con la reclusión intermitente. Durante dos o tres meses, los jóvenes permanecen dentro de sus casas, separados por un tabique de caña, de las posibles visitas. Durante su reclusión los padres le enseñan las técnicas de la lucha, la historia de los orígenes... y cuantas enseñanzas pueden ser de utilidad al futuro Kamayura. El primer mes de reclusión es especialmente severo, debido a que tanto los varones como las hembras no pueden tomar otro alimento que el Kaviin, que no es sino un brebaje de agua con mandioca. Cualquier otro tipo de comida está estrictamente prohibida. La mujer tiene que guardar su reclusión durante 5 u 8 meses, y no salir sino después de haber aprendido todo lo que la vida requiere para una futura madre. El final de la reclusión corresponde al momento en que el o la joven pueden desempeñar satisfactoriamente ciertas actividades relacionadas con su sexo, definiéndose como hombre o mujer adultos. Durante la fiesta del Kuarup, las mujeres, que no han podido cortarse el pelo durante su reclusión, ven la luz por primera vez, y casan con los jóvenes de la tribu. La ceremonia se perfecciona cuando el novio corta el cabello de la novia.

B. El culto a los muertos.

A pesar de que este capítulo es muy importante y merece la dedicación de un reportaje completo, cabe decir que es la ceremonia más importante de todas cuantas integran el ritual Kamayura.

El Kuarup es el culto a los muertos, la ceremonia de los orígenes, el paso de los jóvenes reclusos a adultos, la transición de los solteros a casados, la vuelta de los parientes enlutados a la vida normal, la adquisición del "status" de Jefe por parte de su hijo primogénito, y el ascenso o descenso de los jóvenes luchadores en la escala social de prestigio, como consecuencia de sus actuaciones en la Huka-Huka que siempre acompaña a esta ceremonia. Así pues el Kuarup es en definitiva la integración y la reforma de los grupos del parentesco, del sexo, de la edad y del prestigio, al mismo tiempo que destaca la homogeneidad ritual de todos los miembros de la tribu que está simbólicamente representada en cada tronco de madera de donde, según el mito, se originan los Kamayuras.

La muerte y el renacimiento son, pues, los dos polos de atracción que se desarrollan durante esta fiesta de largos prolegómenos, estricto desarrollo y parco fin.

El Kuarup se celebra en los últimos días del mes de agosto, en el momento en que comienza el deshove de las tortugas y la maduración de la fruta del piqui, que simbolizan los votos de fertilidad para el nuevo renacimiento que va a desarrollarse en la tribu.

Durante mi estancia en la aldea de los Kamayuras, pude seguir todos y cada uno de los pasos rituales de la celebración de esta importantísima ceremonia, desde el corte del tronco hasta la pesca colectiva, pasando por las sesiones de danza, las prácticas de lucha, y los ensayos de las flautas, urua. Todo ello culmina, cuando terminada la fiesta, los troncos se hunden en las aguas del lago.

C. Iniciación shamanistica.

Cuando el joven Kamayura cae enfermo, su padre, si es pahé o algún otro Shamán comienza a iniciarle en las técnicas shamanísticas de la mediación y del control de las fuerzas sobrenaturales. La curación, propiamente, se desarrolla acompañada de las fumadas de tabaco y del enorme poder curativo de ciertas hierbas locales.

La confianza en el Shamán, el control de los espíritus Mamae y la medicina herborea, convierten al pahé en el centro de la vida y de la muerte de los Kamayuras. La enfermedad puede tener distintos grados, desarrollándose entonces la curación a distintos niveles: doméstico, tribal o intertribal, como sucede en las grandes y excepcionales sesiones de curación.

Cuando termina el Kuarup, la aldea se sume en la monotonía de la época de las lluvias y el sol comienza a declinar como todos los días... Pero hoy es un día diferente para mí, porque dejo la tribu de los Kamayuras, para integrarme en el bullicio de Brasilia donde seguiré mi viaje hacia el Norte: El Amazonas y "los Garimpos" de oro me esperan allí... Pero ésa, es otra historia.

Diego de Azqueta Bernar