IDEALIZACIÓN DE LA MITOLOGÍA DE CHIAPAS
vs
TOTEMIZACIÓN DE UN DESARROLLO SIN FIN

Texto y fotografías: Diego de Azqueta Bernar.©copyright Diego de Azqueta Bernar

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En un reciente artículo aparecido en El País, el historiador mejicano Enrique Krauze se preocupa porque los intelectuales mejicanos están creando, lo que él llama un neoindigenismo fundamentalista.

Al parecer, según él, una parte de la intelectualidad de Méjico, y de otros países de Europa está apoyando, de manera artificial, este proceso indígena que tanto esta dando que hablar, incluso en los cenáculos de la lucha política interpartidista de nuestro país, donde, hasta ahora los indígenas del mundo eran ignorados.

Es triste que la matanza de Acteal cómo con la participación de la policía mejicana, como sucede con otras matanzas paramilitares de indígenas, sea la desencadenante de estas luctuosas noticias, en las que ya se empieza a mitificar a los indígenas de Chiapas

Entenderemos mejor la creación de estos nuevos mitos, si releemos a los clásicos mitólogos como Fraser, Campbell o incluso Jung, y comprenderemos como no son solamente los pueblos indígenas los que se nutren de mitos para dar sentido a sus sociedades.

También nosotros, los "civilizados", aparentemente tan distantes de los indígenas y de sus mitos, creamos nuevos mitos para poder seguir explicando nuestra relaciones con el entorno donde vivimos y para proyectarnos.

La conciencia de la inevitabilidad de la muerte individual, la permanencia pese a todo del orden social en cada cultura diferente, y el enigma del espectáculo del universo y del mundo natural cambiante con una apariencia de regularidad, se combinan simbólicamente, para dar la fuerza nuclear estructurada de los mitos que han cohesionado las distintas sociedades y culturas, incluida la nuestra.

Las últimas 5000 culturas indígenas del mundo que cuentan con 300 millones de seres humanos de nuestro planeta, representan el ultimo baluarte de la libertad del ser humano, con su extraordinario testimonio de diversidad cultural y legitima reivindicación a su libertad.

Nosotros, cada día mas uniformados y homogéneos, desidentificados, y en búsqueda desesperada de nuestras raíces, las mitificamos incoscientemente creando ya una mitología como la que se puede estar forjando en Chiapas.

El fundamento de esta mitología y el profundo derecho a existir de los indígenas como pueblos, podría ser la necesidad que inconscientemente todos tenemos, de preservar esos últimos 300 millones de personas que defienden con su grito desgarrado "el derecho a ser diferentes", precisamente por eso les quieren destruir intentando "homogeneizarlos" e integrarlos en una supuesta cultura "superior".. Con argumentos filosóficos parecidos, los paramilitares mejicanos justificarían sus asesinatos de indígenas, en Acteal y otros asesinos de indígenas que se dan en Colombia, Brasil, Indonesia, Papua, o Bolivia legitimarían sus intolerante matanzas, con el mito de nuestra supuesta cultura superior y la codicia, avaricia y maldad de asesinar a los más débiles y abusar de ellos.

Un motivo por el que un puñado de indígenas en Chiapas a hecho tambalearse al estado mejicano, es el apoyo que la lucha pacífica indígena esta teniendo desde todos los ámbitos de las sociedades occidentales. Y la bomba de relojería del gobierno mejicano y su padrino de la NAFTA, E.E.U.U., puede estallar si no se hace justicia con esos pueblos oprimidos.

Las injusticias siempre se pagan y es mejor evitarlas y enmendar errores que pagar por ellos. Tal y como dicen los indígenas de Chiapas "todos" son "El Comandante Marcos" y también nosotros, que somos como ellos, todos somos "Marcos".

La década de los pueblos indígenas de la ONU, la moda de los indígenas, se debe a la percepción de que esa lucha indígena es autentica, es real, y surge de dentro de unas minorías indígenas marginadas que están dispuestas a autoinmolarse en defensa de su arraigo cultural, de su territorio, de sus derechos pisoteados desde hace cientos de años.

Algunos fundamentalistas del Neoliberalismo, mitólogos del becerro de oro, de la destrucción de las culturas indígenas y la servidumbre a los intereses de las grandes compañías, como Vargas Llosa en un reciente artículo, no están de acuerdo con esto y siguen creyendo que todo esto de los indígenas e indios, es cosa de comunistas y "ROJOS" y con el mito del "mercado universal" todos los problemas del planeta se arreglarán solos.

La cuestión no es tan simple y con la caída del marxismo se comprobará que ya no se puede dividir el mundo en izquierdas y derechas, sobre todo con los indígenas que no entienden de partidismos ni ideologías, ni quieren ser utilizados por nadie.

EL pueblo uwa de Colombia, premio Bartolomé de las Casas 1997,( con Sydney possuelo), los guaranies de Brasil y otras muchas culturas han amenazado con suicidarse en masa, con morir autoinmolándose ante los enormes injusticias que el ciego modelo de desarrollo y los jugosos intereses de un puñado de grandes compañías pretende imponerles, bajo el mito del becerro del oro (del desarrollo económico de unos pocos en detrimento de las minorías marginadas, de los pobres y de muchos ciudadanos).

Por otro lado además, hace unos años, la ciencia del norte, desde la cumbre del Río, ha descubierto que precisamente esos 300 millones de indígenas son los preservadores de la biodiversidad del planeta, que nuestro mito del modelo de desarrollo, mito del becerro de oro que hemos creado, está destruyendo a la alarmante cifra de 100 especies destruidas cada día.

En paralelo una nueva ciencia vieja, en niveles académicos, y nueva porque está comenzando a ser percibida en la sociedad, es la economía ambiental. Sus defensores enuncian que "valorar económicamente el medio ambiente significa poder contar con un indicador de su importancia en el bienestar de la sociedad que permita compararlo con los otros componentes del bienestar social.

Si utilizamos esta ciencia en la valoración de las especies que se pierden con la pérdida paralela de las culturas indígenas, veremos que todos los ciudadanos y consumidores del planeta estamos haciendo un malísimo negocio, pues son miles de millones de $ lo que se tiran por los desagües de la incomprensión, ignorancia y prejuicios y por el favoritismo de unos pocos intereses económicos.

Los economistas intelectuales norteamericanos valoran el stock del capital de la naturaleza y los servicios de los distintos ecosistemas en 33 trillones de US$. El PNB global del planeta se cifra en 18 trillones se US$ al año. Es decir, es más rentable económicamente hablando, mantener la naturaleza que desnivelar aumentando el PNB de los países del planeta.

Ante la presión internacional por el deterioro del medio ambiente, medido ahora con parámetros económicos y la evidencia de la ciencia desde la cumbre de Rio, algunos instrumentos internacionales, como el CDB en su Art. 8j y el modelo del folklore de UNESCO defienden la necesidad de preservar las prácticas, innovaciones y tecnologías indígenas que preservan y potencian la biodiversidad y la cultura y, que conforman una parte del conocimiento indígena, los recursos tradicionales, o el patrimonio indígena como quiera llamársele.

Pero todavía las valoraciones económicas de la pérdida de la Biodiversidad que los economistas ambientales conocen bien, no han llegado a las argumentaciones Indígenas; ni son comprendidas por la política. Gracias a la presión de algunas importantes organizaciones indígenas, apoyadas por alguna ONG , como Watu Acción Indígena, entre otras que les financian, los indígenas están luchando para conseguir algunos nuevos mecanismos legales que podrían, solo a nivel internacional , dar un nuevo marco jurídico a las relaciones internacionales indígenas y hacer un poco de justicia a esas viejas culturas históricas supervivientes del pasado.

El convenio 169 de OIT, (Organización Internacional del Trabajo) el borrador de declaración universal de los derechos indígenas en la ONU, el proyecto de foro permanente en la asamblea de la ONU, recientes invitaciones de la OMPI, (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), el grupo de trabajo indígena adscrito a la secretaría del CDB, (Convenio de Diversidad Biológica) el panel intergubernamental de bosques, la comisión de desarrollo sustentable son algunos de los ejes de las legitimas aspiraciones de esta política internacional indígena, en la que todo los ciudadanos del planeta nos sentiríamos beneficiados, por la importante contribución del patrimonio indígena a la preservación de la biodiversidad del planeta, hoy medida por los economistas medioambientales.

Sin embargo esas pequeñas conquistas internacionales del movimiento indígena, no son materializadas en mecanismos del derecho positivo nacional, donde estos grupos indígenas, antecesores a la creación del estado nación, viven desde hace miles de años, y donde las políticas locales de los países donde ellos viven, les oprimen, intentando perpetuar otro mito: el de que ya no existen como "pueblos" y culturas distintas.

Por otro lado los laboratorios de biotecnologías del norte, en lo que ya se conoce como biopirateria se han dado cuenta del vacio legal que la biodiversidad tiene a nivel internacional, e invaden gran parte de aldeas indígenas de las últimas selvas húmedas, tundras y desiertos del mundo patentando las prácticas, innovaciones e invenciones indígenas de medicamentos y semillas y, despojando a estos pueblos y a sus países, siempre en estados del sur, de sus recursos genéticos en un tráfico ilegal e inmoral de mercadeo de genes, como propiedad intelectual de compañías privadas. Para ello se amparan en la nueva normativa internacional, del OMC, (Organización Mundial del Comercio), la nueva globalización de la economía mundial y los acuerdos trips, (Trade Intellectual Property del GATT), negociados a favor y con la presión y lobby de los grandes laboratorios de biotecnología norteamericanos, fundamentalmente.

Todas estas nuevas normativas internacionales que permiten las patentes predatorias de líneas celulares indígenas, genes humanos indígenas, clonaciones, patentes de plantas y procesos indígenas son robos contra la propiedad intelectual de los indígenas, y contra la ley natural de los seres humanos.

Numerosísimos ejemplos de patentes conseguidas por compañías que han biopirateado invenciones indígenas como la sangre de drago, el neem, el kava, el endod, la quinua, ayahuasca, la mámala, o el barbasco, el cucuma longa, u otros decenas de invenciones indígenas.

No son mas que un ciego seguimiento de que el mito del progreso, sin control, nos solucionará todos los problemas del planeta mientras se roba y saquea a todos los indígenas.

Esto es craso error ya señalado por muchas leyendas y mitos de creación y destrucción del mundo indígena que siempre señalan un momento "Mítico" en el que el cielo caerá sobre los hombres "civilizados" terminándose el mundo.

Los exponentes del mito del desarrollo sin fin, del crecimiento de las economías de "las élites" de algunos países van en detrimento de los 800 millones de personas, que mueren de hambre en el mundo o del aumento exponencial de pobreza y de la marginación, deforestación y degradación medioambiental en todos los países del mundo.

Todos estos problemas sin resolver por los políticos, son bombas de relojería que el mito del desarrollo neoliberal genera como el boomerang de la deuda externa del sur, por ejemplo.

La dignidad de la especie humana como especie superior en la cadena de la vida tiene que superar estas denigraciones a la humanidad.

Los políticos tienen que pensar en los ciudadanos que les han votado y no en los pagos de "favores" a las compañías que les financiaron sus campañas y apoyaron su permanencia en el poder.

Sin embargo la contribución de los indígenas a la historia de la humanidad se llena de ejemplos que hoy los ecólogos intentan recuperar mientras los grandes planes estructurales dirigidos desde los organismos multilaterales presionados por las grandes compañías, acaban con ellos por considerarlos vestigios del pasado, pueblos primitivos.

Un ejemplo relativamente desconocido es el de los pueblos nómadas, aproximadamente 30 millones de personas que han producido a lo largo de los años una economía de subsistencia e intercambio pastoralista que genera grandes ventajas en los ecosistemas por los que los nómadas transitan.

En nuestro país, con la protección que la ley de vías pecuarias, nuestros trashumantes, los últimos de Europa ya han demostrado la importancia que los pasillos verdes de las cañadas generan en la protección del medio ambiente de la península, conectando distintos ecosistemas mantenibles solo por el uso tradicional de la trashumancia.

Nómadas tibetanos que transportan sal en sus yaks, van gujars de la India, tuaregs de Malí, samburus Keniatas o Fulbes del Senegal mantienen frágiles ecosistemas que se convierten en corredores verdes por los lugares donde transitan.

Barabaigs de Tanzania o beni'mgills de Marruecos, afares de Etiopia, o maldharis del Kuttch, son algunos de los pueblos que se resisten a los planes de asentamiento que generan marginación al integrar a estos indígenas nómadas en las bolsas de pobreza de las grandes urbes, sin ninguna solución de futuro para ellos.

Sin embargo los economistas ambientales comprenden las enormes ventajas que los modelos económicos sostenibles de estos pueblos nómadas generan para ellos y para sus ecosistemas, su desarrollo sostenible es un modelo propio y autónomo que tiene que ser preservado por las enormes ventajas que les aportan a ellos, a sus ecosistemas, y a las economías de sus países.

Todos estos pueblos, han visto como se expoliaba su tierra, ahora sus recursos naturales, desde hace tiempo su conocimiento de la naturaleza, y actualmente pirateada su propia genética. Nunca nadie ha podido dar tanto, a nadie se le ha reconocido tan poco.

Desgraciadamente la mitología de Chiapas no hace mas que continuar una lucha indígena que viene desde Tupac Amaru.

Veremos mas levantamientos armados indígenas. Si somos conscientes de injusticias objetivas como el mal endémico de la desnutrición infantil que afecta al 86% de la población Indígena de Chiapas y los asesinatos indígenas por fuerzas paramilitares, sabemos que hay matanzas contra los indígenas allí y en otros lugares del mundo, comprendemos la frialdad de los intereses que mueven esas políticas.

No se puede atenazar la libertad del ser humano a su cultura, a su religión, a su idioma, a su territorio o incluso a su propio código genético, cuando se trafica y se extrae ilegalmente el ADN de los indígenas, "vejando" los más elementales derechos a la dignidad del ser humano.

Los últimos pueblos indígenas proyectan un nuevo mundo, respetando las diferencias de las últimas 5000 culturas indígenas de nuestro planeta. Muchos científicos están ya demostrando, que aportan importantes "rentabilidades" a un nuevo concepto de desarrollo de la ciudadanía del planeta.

Es evidente, por las pruebas de la creciente desigualdad económica en el mundo, el aumento de las bolsas de pobreza, el aumento de muertes provocadas por desnutrición , la degradación medioambiental y otros parámetros que afectan a los más desprotegidos que el mito del fundamentalismo económico neoliberal, no va a solucionar estos graves problemas, es más, ese mito es la causa de muchos de ellos. Debemos cambiar el enfoque y aprender a ver el mundo con otros ojos.

Si seguimos creyéndonos lo que nos dicen algunos que controlan algunos medios de comunicación, de que mientras la bolsa suba, la pobreza, la desigualdad, la degradación, la pérdida de biodiversidad la insolidaridad con los " otros" mejorará, caeremos en la trampa que nos tienden los poderosos.

Los ciudadanos, los consumidores tenemos que unirnos y creer en otras mitologías, como las de Chiapas, porque nos cohesionan, nos dan fuerza, nos dan ejemplo, y nos permiten creer que todavía hay esperanza y libertad y otros valores espirituales por los que merece la pena vivir y dar la vida.

Diego de Azqueta Bernar, Presidente de Watu Acción Indígena