TODOS INDÍGENAS
Texto y fotografías: Diego de Azqueta Bernar.©copyright Diego de Azqueta Bernar
Publicado en: Diario 16

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Desde que el hombre apareció en esta planeta hace 5 millones de años, su historia ha sido la lucha por adaptarse al medio, lo que ha formado el crisol de lenguas, religiones, panteísmos, las ciencias y las mil y un maneras de transformar la belleza en arte. Hoy quedan 300 millones de seres humanos de 5.000 culturas distintas que son los últimos supervivientes de las primitivas maneras de adaptarse al medio diverso. Sólo ellos conservan el legado de su historia y su cultura oral. En muchos casos, es la última biblioteca de Alejandría que estamos quemando con nuestra intolerancia, desdén e ignorancia.

Los pueblos indígenas son los primitivos habitantes de los territorios donde viven y por ende los propietarios naturales de los mismos. Ellos subsisten allí desde miles de años antes que se crearan los estados-nación y los rodearan hasta hacerlos minorías.

No seamos tan estúpidos de destruir a los indígenas, los preservadores del 90% de la biodiversidad que aun queda en el planeta.

En esos territorios han regulado su existencia con normas jurídicas propias, recreando cada uno de ellos su propia y singular cultura. El conocimiento indígena es fuente invalorable de datos, ideas y ciencia que la cultura mayoritaria no indígena, los otros habitantes del planeta, está perdiendo con la desintegración, desaparición y genocidio de esos pueblos.

Diseminados en recónditas cabeceras de ríos amazónicos, en escarpados valles de las Highiands de Papúa, las estepas de Siberia, los valles del Himalaya o los desiertos, viven todavía los últimos hombres sabios, los indígenas del mundo. No olvidemos que. Según datos del PNUD, más del 50% de los alimentos de la tierra son inventos y procesos de transformación de la biodiversidad generados por los indígenas,. Y no olvidemos nunca que el 80% de la humanidad se cura con sus medicinas, todas probadas por sus ricas culturas durante miles de años.

Estas últimas 5.000 culturas, con sus símbolos que parecen débiles e indefensos, son mas fuertes y poderosos que nosotros, pues llegan desde los últimos 20.000 años de historia jóvenes y frescos, enfrentándose con sus armas, la libertad y la sabiduría de su conocimiento a la sociedad mecanizada que intenta absorberlos y canibalizarlos con avidez por destruir sus máscaras y pinturas, con destruir su cultura. Seamos libres y sabios también, en este comienzo de una era para tener la grandeza y el lujo de permitir esa diversidad que tanto miedo nos provoca.

Diego de Azqueta Bernar